Otro nuevo día

Leones rugiendo
al son del nuevo mundo,
debajo de los rayos del sol.


Es la sinfonía más hermosa
que se pueda crear
con la icástica lluvia
formando el acoiris
de otro nuevo día. Estamos diseñados para sentir
hasta lo infinito de una sonrisa
en las esquinas
de los campos floreciendo orquideas. Es el tórrido rojo
quien guía
a la alegría
hacia lo novedoso
de un nuevo nacer
al amanecer. Leones fervorosos
al son de los rayos del sol,
debajo del nuevo mundo
.

InterMedio Dos:

Ahora déjame susurrar,
muy cerca a tus oidos,
estoy alejándome
del sendero
que alguna vez me unió a ti.

Sé que estoy solo,
muy solo,
sobre las piedras frías
dejándome devorar por las paredes
provocando devastadores maremotos.

Ahora déjame ocultarme,
muy cerca tu pecho,
estoy desvaneciéndome
en la tristeza

que alguna vez sentí por ti.

Sé que moriré solo,
muy solo
debajo de la tierra árida
dejándome devorar por el tiempo
provocando revoluciones y terremotos.

Cuando se desprecian los días de realidad

Voy siendo parte de la confusión
de las olas sin rumbo ni dirección.

Voy siendo parte de la melancolía
de los días sin luz ni sombra.

No lo sé, respuestas a la nada
y pasajeras en mi sumergida cabeza.

No lo sé, caos en el trueno
y fugaces en mi torrente venenoso.

Lágrimas de respuestas y confusión
como las olas pasajeras por mi sumergida cabeza.

Lágrimas de caos y melancolía
como los días fugaces por mi torrente venenoso.

No recuerdo los días que estuve encerrado en la esfera de luz

Miras como voy siendo destruido
entre la arena, cerca al mar.
Miras la sangre que derramo
sobre las nubes
al cruento atardecer y bello anochecer... El cuerpo de la gaviota
sólo sigue la dirección
de las olas del mar
mientras los botes intentan llevar
su agonizante cuerpo hasta el más allá
donde las lámparas embellecen
el sendero con luces bermejas
donde se forjan las luces y el cristal.

Día 25.4

Extendiéndose hasta el paroXismo

La luna rojiza se aparta de las nubes
luego susurra a las luces desvanecerse
para que nuestros lábiles cuerpos
se sumergen entre las sofocantes sábanas rojas
de sangre y cálida obsesión.

Desplegando como el movimiento de las mariposas
nuestros deseos se hacer en vapor
entre los destellos de placer
con tu trémula piel
y mi grácil movimiento
llevándonos hasta la ignición
de dulzura y sueños de provocación,
agitándonos como ramas en ardor,
cada vez más,
soltando las hojas en la incandescencia
liándose entre tus cabellos
y la sed por una tórrida sensación
de encima nos va quitando
la amargura y la soledad
para gozar de la velocidad
de los eufóricos rayos de luz
recostándose sobre el cielo y el mar,
y vamos más allá de simples rozamientos
formando caminos de seducción y pasión
como la miel discurre sobre tus pechos
y tu sudor sobre mi ombligo
llenando el vacío con fuego y color
del súbito paroxismo
revolucionando el sabor del fervor
empañando nuestros ojos
que ahora van descansando
como nuestros cuerpos llenos de calor.


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Los días que perdemos y los días que rogamos

Perdemos

Perdemos espacios y los hollamos
sin predicar lo transcurrido
en lo oculto y lejano
de nuestra inmanente muerte
bordeando nuestro molde
del cual no podemos huir
ni fingir ser felices
de todo esto
que ya está perdido.
Rogamos

Rogamos iracundos
a la pérdida del espacio
que concentra todos los diseños
hechos para nosotros
mas no podemos luchar más
con la liviandad y la ligereza
de la congoja y la tristeza
que nos cuesta admitir
al día siguiente
cuando todo ya ha cambiado
y no somos los mismos.

Se lo dedico a J. L. Borges por La espera

Prodigioso día

Es aquél
Quien pudo formar un nuevo ser
Debajo de sol y la lluvia
Enajenando el misterio de las aves
Cuyos días pasan
Y no regresan
A ser el prodigioso día
En la alegría
Y el regocijo
De nosotros,
Los hombres que cambiamos,
Aun el infierno imaginario nos espera
Como esperamos al ser amado
Llegue con un rosa
Llena de espinas
En un día de aves
Y noches pasajeras.

InterMedio Uno


He comenzado a creer que todas las cosas pueden terminar
Sin necesidad de tener un principio o quid
Pero no sé hacia dónde podría llegar así
Con estos sentimientos que me llevan
A crear una nueva entrada.

En cada objeto estás

ocultando cristales

y lleváNDOlos hasta el infinito

desconocido como el agujero negro

que descansa en tus cabellos.


Día: El comienzo del renacer

Me iluminas cuando el atardecer es muy hermoso

y mis pasos van lentos, recorriendo las orillas del mar

buscando alas a aquel ángel sonriente,

antes del próximo anochecer.

Haces y eres mi sendero ya que estamos muy lejos,

quién sabe dónde voy recordando como un colibrí

cada fragmento de la inmensa sonrisa,

aquella que estuvo cuando el sol fenecía y era alegría.

Vuelves a ser el guía de mi instinto

y los nombres reales sólo son imágenes pasajeras

como las nubes rojizas por tus destellosos ojos,

muy lento voy desvaneciéndome en los ficticios rieles.

Eres lo más alto, paralelo a lo sistematizado

liberando matices hacia un infinito olvidado

y perpetuo a la agonía de una silla en soledad

después de ser el comienzo del renacer.







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Día del tres uniéndose a llamar al uno

Cuándo se inició el principio

Si soy sólo un uno
Enredándose en el atardecer
Extenso y lontano a los días fríos
Celestes e infinitos, hechos de deseos
Unitarios como los sentimientos.

Dónde se ubica el punto central
Si soy sólo un uno
Bifurcando la esencias de los fantasmas
Disfrasándose de nubes rojizas
Cuando el mundo rompe barreras
La unión y el intermedio de las esencias.

Cómo finaliza el infinito de palabras

Si soy sólo un uno
Segmentándose a la tangente de los sentimientos
Pasajeros como los días olvidados
Y los deseos por esencia
De un ave comenzando a volar por el mar
Alejándose hasta el Sol.

Días alejados

Los días transcurren
y nosotros
sin poder descubrir el quid
de todo girando alrededor.
Las flores se van marchitando
con la llegada del cruel invierno
y seguimos esperando
zarpar hacia el desconocido infinito.

Enredados en las inicuas espinas
compadeciéndose con nuestros recuerdos
rojizos como la sangre
ocultándose en el vacío.

Una límpida sensación
de euforia y soledad
como los truenos
y su efímera presencia.

Solitarios en el vasto desierto
imputando a aquella llovizna,
sofocados en la vasta soledad
trivial como aquella penumbra.

Taciturnos en el silencio
de los nuevos amaneceres,
pusilánimes con las sombras
empañando las esperanzas.

Los colores se desvanecen
en la gris habitación, nuestra,
acechada por el olvidado mar
vestido del engañoso río.

Ciegos sobre un bote
o sentimos lo mismo
y las brisas rozan nuestras manos
cubiertas de lágrimas y llanto.

Dejamos de percibir el sonido
y al infame tiempo
cuando rompimos los relojes
llamados alejamiento.

Cada uno pudo seguir su sendero
pero seguimos esbozando
nuestros futuros
en los ocasos hechos de depresión.

Intentamos seguir avanzando
mientras nuestros pies ciaban,
la hesitación escindía nuestros cuerpos
melancólicos, llenos de pánico al futuro.

Podríamos atravesar el espacio
y recoger estrellas
para alumbrar la negrura
del amargo desconsuelo.

Dejemos los alaridos del mar
obturados en la Tierra
y seamos sombras
desangrando en el averno.

Creímos en lo finible
ahora comenzamos a sentir
lo que es llamado infinito
y la palabra para siempre.

Día sin editar


Llévame más allá
en donde pude amar
y ser la sombra del silencio,
la estrella controlada por el Sol.

Dibujaste mis ojos en la entrada a tu corazón
ahora creas los atardeceres
en las ventanas de tu imaginación...
Son suspiros mientras somos uno,
perfectos en la paz del vasto mar.

No existen idiomas adversos
a la invención de todos los días
juntos al infinito...
Es el camino más largo de la vida
y dejaré ver la melácolía en tus pupilas
rojas y cruentas como aquellos días
de lluvia y truenos...


Aquellos días entre la depresión y la nostalgia

Silencioso es el fragor dejado por tus sonidos
dejaste mi vida llena de temor
arde entre la depresión y la nostalgia
efímero como nuestro amor
domeñándose de falsas esperanzas.

Falaz como las tierras olvidadas
eriazos como los recuerdos
regresando azotar a mi persuadida mente
como el estío, eres el frío penetrando
al más grande dolor.

Sólo soy una insignificante marioneta
sin cuerdas ni senderos
infausto ante la ingente soledad
del día siguiente
mientras te hayas marchado, con aquellos
pasos, marcando huellas en mi endeble corazón.

Agonizando y acongojado, ahogándome
entre la depresión y la nostalgia
entre estrellas fugaces y miradas de dolor.

Moribundo, intentando no dejarte
perpetuado a tus alas
perpetuado a tus labios
perpetuado a tus sombras
a los amaneceres que creamos al despertar
de aquellos viajes llamados sueños
en la oquedad de todo esto.

Siniestro como el destello del trueno
perdido en las penurias del anochecer
son solamente segundo
mientras trato alejarte de mi alma
iterando entre cuadros y ángulos.

Mirando hacia abajo
aquel espacio profuso
supliendo el gris encanto a la alba caricia
debajo de tus negros labios
allá abajo, en aquel profuso espacio.

Fuiste el tósigo silencioso dentro de cada día
empañándose ante el calor fugaz
y el execrado frío
cuando las rezagadas aves volvían a su hogar
y regresaba la nueva estación
sin nombre aún.

Días guindos

Dame esos rezagados fragmentos
para enfrentar aquel tembloroso uno.
Soy tuyo hasta llegar a las estrellas
y no sé hasta dónde podemos llegar
con tantos fragmentos del dos.

!Es pasión! En el negro
vestido de gris
como tus ojos embelesados
por los míos.

No soporto más...

te amo porque eres la ternura y la calidez de un clavel

te amo por ilustrarme lo hermoso de este sueño

te amo como la gloria que poseen las nubes al atardecer

te amo porque sólo eres tú, refugiándote en el calor de nuestro amor.

Sólo un día llamado amor

Deslizan pétalos por el mismo cause de tus lágrimas,
provocan ignición a aquel pequeño de las ilusiones.
Las icásticas hojas de una flor amarilla
recorren tu terso cuerpo
diseñándola semejante a la belleza del clavel
eclosionando en primavera...
Seduciendo a las aves estás,
aquellas aves fugaces en el atardecer.
Sólo un día al anochecer
cuando las estrellas hayan sido luz de pasión
y la Luna el infinito amor,
los colores dejan de aparecer
detrás de las ventanas.
Podrías volar muy lejos
inmersa en felicidad,
gráciles tus movimientos
dejándose llevar como mis dedos
contorneándote mujer...
Dulce y preciosa
y yo el endeble ave fugaz
regresando nuevamente al gélido nido.

Otro día más de El huésped de fuego

Cuando las nubes desaparezcan
del fino atardecer
quedan aún suspiros del Sol,
iluminando la eterna soledad...
Tan sólo dime
hacia dónde caminar;
en cada uno puedo ver el cristal
tan hermoso
como un árbol de cerezo
dejando sus hojas transcurrir
a través del infinito mar.


Días después del óbito

Despiértame de este silencioso sueño
donde has dejado de respirar
y tu voz es el silencio,
dejaste un gran vacío, lúgubre como todas estas noches.

Tus condolidos sentimientos van escondiéndose
debajo de las sombras de un eminente árbol
dejando embelesar a sus hojas secas
para llevarte hacia el camino al más allá.

Te vas alejando como el viento de verano,
dejándome como un solitario ave sin alas
sollozando en la densa niebla
que azota mi rostro cada tarde opaca.

No debe ser llamada vida
con un susurro final así,
cuando mis manos siguen atadas
y no puedo llegar a acariciar tu blando rostro nuevamente.

Llévame con tus dóciles manos
por aquel escarpado sendero
donde el tiempo sólo es parte de este cuadro
detrás de una ventana llamada muerte.


El día de luz verde
Gira alrededor del Sol
o alrededor de mi habitación,
será por el nacer de la nueva entrada
cuando los espacios dejan de existir
y una luz verde guía mi camino
hacia lo desconocido de lo misterioso,
sólo puedo demostrar
el temor.
Son mejores que el pasado
cuando la luz verde retrocede
y separa al universo de sus espacios
pequeños, jugando en el infinito
a través de aquel sendero verde
extenso como el caudal del río ajeno
a los caminos exclamando esperanza.

DÍA DE ESTRELLAS FUGACES

Como suelen caer muy despacio,
semejantes a cada sentimiento de mi corazón;
van callendo gotas de agua
saladas como el mar
y lágrimas desde las púpilas
cremando al pasado
de estrellas fugaces...
Perdiendo el brillo
semejante a los de mis ojos
en cada noche de nostalgia
mientras voy recordando
el último día donde te vi amar.

Aquel día cuando no salió el Sol

Dame un último beso
y digamos adiós
por qué no salió el Sol,
no pude abrazarte ante el inmeso ocaso
ni ver el resplandor de tus ojos
para poder decirte adiós...
Sólo dejame intentar volver atrás
y regresar hasta el incierto futuro
donde volvamos a ser uno.

Un día a través del río

Vamos avanzando cuando la velocidad no puede ser medida
y el vientos no tiene direccción alguna,

las lagunas son puerza decorando la tierra
al otro extremo el Sol, sauve y sutil,
guarda cada segundo
de ese sendero que dirige
hacia el más allá
donde llamamos a su verdadera identidad
tan pura y cristalina en la soledad.

El día rojizo

En cada segundo al renacer
el Sol se desvanece muy despacio en mi corazón
y los susurros de las nubes
van muy despacio hacia el encuentro
de la belleza del día rojizo.


El día de las nubes

Cuando las nubes celestes
vayan muy lentas en el cielo
y los rayos de luz
sean el explendoroso resplandor
de el nuevo día
albergue a la felicidad y la alegría
de los que nacemos y empezamos
a ver un cielo no celeste,
mostrándose multicolor.

Día ejecución

Mientras las aves vuelan
el cielo extraña su verdadera identidad

ya que:
sólo es sangre derramándose lentamente
dentro del paupérrimo suelo que alberga la existencia
porque cada día suele ser pábulo de asesinos
cruentos y rojizos.
¿Verdad?
La maldad y la falsedad
somos cada uno
alimentándonos de pan
y el agua bendita que evapora
las almas negras,
será detrás de las montañas
o en la selva inextricable...
sólo sé que es sangre
que se derrama por ver el futuro
aún infacultado de oro y sol.