Un día a través del río

Vamos avanzando cuando la velocidad no puede ser medida
y el vientos no tiene direccción alguna,

las lagunas son puerza decorando la tierra
al otro extremo el Sol, sauve y sutil,
guarda cada segundo
de ese sendero que dirige
hacia el más allá
donde llamamos a su verdadera identidad
tan pura y cristalina en la soledad.

El día rojizo

En cada segundo al renacer
el Sol se desvanece muy despacio en mi corazón
y los susurros de las nubes
van muy despacio hacia el encuentro
de la belleza del día rojizo.


El día de las nubes

Cuando las nubes celestes
vayan muy lentas en el cielo
y los rayos de luz
sean el explendoroso resplandor
de el nuevo día
albergue a la felicidad y la alegría
de los que nacemos y empezamos
a ver un cielo no celeste,
mostrándose multicolor.

Día ejecución

Mientras las aves vuelan
el cielo extraña su verdadera identidad

ya que:
sólo es sangre derramándose lentamente
dentro del paupérrimo suelo que alberga la existencia
porque cada día suele ser pábulo de asesinos
cruentos y rojizos.
¿Verdad?
La maldad y la falsedad
somos cada uno
alimentándonos de pan
y el agua bendita que evapora
las almas negras,
será detrás de las montañas
o en la selva inextricable...
sólo sé que es sangre
que se derrama por ver el futuro
aún infacultado de oro y sol.