Día: El comienzo del renacer
Me iluminas cuando el atardecer es muy hermoso
y mis pasos van lentos, recorriendo las orillas del mar
buscando alas a aquel ángel sonriente,
antes del próximo anochecer.

Haces y eres mi sendero ya que estamos muy lejos,
quién sabe dónde voy recordando como un colibrí
cada fragmento de la inmensa sonrisa,
aquella que estuvo cuando el sol fenecía y era alegría.
Vuelves a ser el guía de mi instinto
y los nombres reales sólo son imágenes pasajeras
como las nubes rojizas por tus destellosos ojos,
muy lento voy desvaneciéndome en los ficticios rieles.
Eres lo más alto, paralelo a lo sistematizado
liberando matices hacia un infinito olvidado
y perpetuo a la agonía de una silla en soledad
después de ser el comienzo del renacer.