Otro nuevo día

Leones rugiendo
al son del nuevo mundo,
debajo de los rayos del sol.


Es la sinfonía más hermosa
que se pueda crear
con la icástica lluvia
formando el acoiris
de otro nuevo día. Estamos diseñados para sentir
hasta lo infinito de una sonrisa
en las esquinas
de los campos floreciendo orquideas. Es el tórrido rojo
quien guía
a la alegría
hacia lo novedoso
de un nuevo nacer
al amanecer. Leones fervorosos
al son de los rayos del sol,
debajo del nuevo mundo
.

11 comentaron:

les dijo...

demasiado bello...

Alberto Zambade dijo...

Coincido con Lisa.. Sin palabras..

Salud2 de Alberto Zambade

Ya estás en mi lista...Nos seguimos compañero.

Anónimo dijo...

no llegues a más.......te cuidado.....mucho cuidado

Esfinge dijo...

El sol te trae el nuevo día
y la sonrisa

Unknown dijo...

Bien por la poesía. El diseño del blog está muy bien logrado. Saludos.

fap dijo...

Me gusta las imágenes con tus versos.. Felicidades

Vladimir Terán Alt dijo...

Veo que te esfuerzas por publicar imágenes interesantes. Bien. Mejor si al pie de cada post le pones leyendas o por lo menos créditos que tengan enlaces a las fuentes. Así agregarás información valiosa a tu espacio, generas tráfico, y de paso no usas contenidos libres sin reconocer el esfuerzo de quienes los colgaron en Internet.
Saludos.

Anónimo dijo...

Me gusta salir a pasear cerca del mar, despues de ver caer la lluvia.La luz el aroma que hay en el ambiente es diferente,me gusta mucho,como lo que has escrito que es muy bonito.
TERESA

Tony dijo...

Gracias a todos por los comentarios, links y sugerencias... les agradesco el tiempo, por rondar este blog; la próxima semana estaré publicando un nuevo post.

Eduardo Waghorn dijo...

Se palpa el deseo de crear, de buscar un camino propio. Un camino difícil pero clave en la Lucha Suprema por la existencia.

pogoto_jara dijo...

Hermosas palabras. No importa no saber que origino tu escrito, vale lo que me provoco al leerlo.

A proposito de moriri, nacer, nuevo mundo:

Dios nunca muere

Muere el sol en los montes
con la luz que agoniza
pues la vida en su prisa
nos conduce a morir.

Pero no importa saber
que voy a tener el mismo final
porque me queda el consuelo
que Dios nunca morirá.

Voy a dejar las cosas que amé,
la tierra ideal que me vió nacer,
pero sé que después
habré de gozar
la dicha y la paz
que en Dios hallaré.

Sé que la vida empieza
en donde se piensa
que es la realidad perdida.

Sé que Dios nunca muere
y que se conmueve
del que busca su beatitud.

Sé que una nueva luz
habrá de alcanzar
nuestra soledad
y que todo aquel que llega a morir
empieza a vivir una eternidad.

Muere el sol en los montes
con la luz que agoniza
pues la vida en su prisa
nos conduce a morir.



Vals mexicano escrito por el compositor y violinista Oaxaqueño Macedonio Alcala en 1868.

Himno de facto del estado libre y soberano de Oaxaca, en Mexico.